Para muchos niños, el momento más especial de la Navidad será el de abrir esos regalos. Y este año, en el contexto de inflación que estamos viviendo, es más importante que nunca que unos y otros, con su traje rojo o sus túnicas y camellos, hagan sus deberes y traten de buscar fórmulas de ahorro que rebajen en cierta medida el coste de las abultadas cartas que les envían nuestros hijos.
Eso sí: ahorrar en juguetes no puede llevar aparejado ahorrar en su seguridad. Y no es un mensaje alarmista sin fundamento. Rapex, que es como se llama el Sistema de Alerta Rápida de la Unión Europea de productos peligrosos para los consumidores, que incluye todo tipo de artículos excepto comida, medicamentos y productos sanitarios, ha lanzado, sólo en lo que va de año, casi 460 alertas relacionadas con juguetes.
Y esta cifra supera con creces las 8.700 si contabilizamos las emitidas desde que se creó esta base de datos, en el año 2005.
Estudio UCE
Como otros años, han tomado diez juguetes que, según los expertos, serán las estrellas de la Navidad, y han visitado distintos establecimientos comparando sus precios. Pero antes de analizar con detalle los resultados del estudio, es necesario puntualizar algunas cuestiones básicas.
Al contrario que en otros sectores, en los que muchas empresas tratan de derivar a sus clientes hacia internet mediante ofertas y ventajas especiales, en ninguno de los establecimientos incluidos en nuestro estudio encontramos beneficio alguno si compramos en la web; al menos, ofrecen los gastos de envío gratuitos a partir de cierta cantidad de gasto y, eso sí, nos ahorraremos colas y aglomeraciones de última hora.
Por otra parte, nos ha llamado poderosamente la atención la práctica llevada a cabo por algunos de los establecimientos visitados; como puede observarse en la tabla adjunta, los precios de algunos de los juguetes comparados son muy parecidos o casi idénticos.
Sin embargo, en algunas páginas web aparecía un precio más alto que, tras un atractivo descuento, se quedaba en otro más bajo que era, casualmente, igual que el ofertado por la competencia.
Esto puede generar una falsa sensación en el consumidor de que está consiguiendo un ahorro importante cuando, en realidad, está comprando ese juguete al mismo precio que tienen otras tiendas y, además, el precio recomendado por el propio fabricante.
Diferencias notables
En la comparativa de este año, hemos notado una menor competencia. Si buscamos en nuestro archivo el informe del año pasado, la menor diferencia que encontramos en el mismo juguete entre distintos establecimientos era de casi el 10%. Este
año, en dos de los estudiados, esa diferencia no llega ni al 1%; no obstante, si obviamos estos dos ejemplos, lo cierto es que parece que el sector goza de buena salud en el ámbito de la competencia, pues podemos encontrar grandes diferencias.
Eso sí, no tan amplias como en 2022. Por tanto, el consejo es muy claro para los Reyes Magos: que recorran todas las tiendas que puedan con la carta completa, pues en ningún caso un sólo establecimiento es el más barato en todos los juguetes analizados.
Con todo, y aunque nuestro informe se centra en el ahorro que supone buscar y comparar, gastar más o menos no debe ser la prioridad a la hora de escribir nuestra carta; como siempre, la seguridad es lo primero.
No es por casualidad que los mensajes emitidos por fabricantes y comerciantes relacionados con los juguetes se concentren en el último mes del año: se calcula que en la Navidad se mueve el 80% del volumen de negocio del sector juguetero.
La publicidad en los medios de comunicación y en nuestros buzones nos recuerda que se acercan Papá Noel y los Reyes Magos, y que es hora de que los más pequeños escriban sus cartas.
Juguetes… ¿sexistas?
Uno de los aspectos novedosos que hemos tenido en cuenta para realizar este estudio es el carácter sexista de los juguetes. ¿Sigue habiendo juguetes para niños y para niñas? Es cierto que, tradicionalmente, los catálogos de distintos establecimientos distinguían entre juguetes masculinos y femeninos.
Con el paso del tiempo, esta alusión directa se cambió por un código de colores, rosa para ellas, azul para ellos.
En efecto, a las chicas se las suele identificar con tonos rosas, muñecas, belleza y labores del hogar y a los chicos con tonos azules, vehículos, superhéroes y muñecos de acción. Sin embargo, cada vez más padres y organismos reivindican la igualdad de ambos sexos.
De esto son conscientes los establecimientos jugueteros y, a decir verdad, esa distinción ha desaparecido en muchos catálogos. Pero cuando visitamos el establecimiento, la realidad es otra bien distinta.
Así, mientras que en la parte de disfraces del catálogo vemos a una niña disfrazada de bombera o policía nacional, en la ilustración del envoltorio de esos disfraces en la tienda aparece un niño, estando reservadas las fotografías de niñas al etiquetado de los disfraces de “Hada-Princesa”, “Princesa del Hielo” y demás variantes.
También hemos visto patinetes idénticos, pero montados por niñas si son rosas y por niños si son azules. Igual que, casi sistemáticamente, en las cajas de las muñecas aparecen niñas y en las de garajes o juguetes de acción, son niños los que se divierten.
Parece que, en los juegos que simulan comportamientos hogareños adultos, sólo las cocinas tienen espacio para los niños; los cuidados del bebé, por ejemplo, son exclusivos para las niñas.
Esta impresión general viene corroborada por un informe del Ministerio de Consumo publicado el pasado mes de octubre, que afirma que, aunque se va mejorando poco a poco, aún queda mucho trabajo por hacer.
Así, en el caso de los juguetes tradicionalmente considerados femeninos como muñecas o muñecos, equipamiento doméstico, o los relativos a algunas profesiones como maestras o enfermeras, el protagonismo principal sigue siendo de las niñas frente a los niños. Asimismo, cuando hay copresencia de niños, el estudio revela que ellos tienen un papel más subsidiario o pasivo.
Es decir, son “observadores” o “ayudadores” de las niñas, confirmando así los estereotipos de género. Otro tipo de juguetes que mantienen un protagonismo exclusivo por sexo bastante rígido son los de acción o los vehículos a motor (35,5% de niños protagonistas frente al 2,1 de niñas) y los anuncios relacionados con la belleza (4,6% de niñas frente a ningún niño).
Como padres, podemos favorecer la igualdad evitando la distinción por colores, respetando las decisiones de nuestros hijos y educándoles para que escojan el juego que quieren sin dejarse condicionar por los roles establecidos en la sociedad.
Conclusión
Sin duda, el juguete es clave en el desarrollo de los niños, y por eso debemos ser especialmente cuidadosos en los criterios que usamos para decantarnos por uno u otro. Divertidos, por supuesto; adaptados a los gustos y características de nuestros hijos, claro. Pero también seguros, sobre todo, seguros.
Debemos ser conscientes de la importancia de velar por su seguridad, y comprar un juguete, por ejemplo, muy seguro, pero no adecuado a la edad de nuestro hijo, puede derivar en un problema serio.
Como hemos visto en este informe, tenemos opciones para ahorrar, y muchas; pero nunca a costa de la seguridad.
Recuerda que el 80% de las alertas que se producen en nuestro país relacionados con productos no alimenticios, se dan en juguetes, y la inmensa mayoría de ellos, provienen de China. Si puedes, elige los fabricados en España o, al menos, en la Unión Europea. Y ahorremos en cosas menos importantes.