El actor Fernando Ramos da vida a Viriato, en la obra que cierra la 63 edición del festival internacional de teatro clásico de Mérida.
Esta obra del almendralejense Florián Recio, producida por Verbo Producciones está interpretada por Ana García, Pedro Montero y Fernando Ramos entre otros actores que la llevaran a escena el próximo 23 de agosto en el romano de Mérida.
Fernando Ramos, el actor llerenense que da vida a Viriato nos ha contado a dos semanas de producirse el estrenon que se encuentra en una situación caótica, afirma, “algo que es bueno en el buen sentido de la palabra”, puesto que para él no sería nada positivo “estar relajado encontrándose a quince días de pisar el suelo del teatro romano”.
“La única obra de Viriato que se ha hecho en Mérida fue en el 2005, ahí me di cuenta de la devoción tan enorme que había por Viriato.” No solo habla de devoción, también de que hay mucho mito en torno a Viriato y para él “Viriato no era más que un pastor, con una personalidad arrolladora que consiguió aunar los intereses de muchísimas tribus”.
Por esto mismo afirma que en esta obra quieren reflejar al Viriato más humano.
Lo más importante es la fusión que se dará cuando se vayan incorporando el coro y tres músicos más hoy mismo.
“Nosotros en la obra vamos a ir a espacio vacío, en la obra el coro es muy importante, es un personaje más encargado de mover todos los espacios que el coro será quien tenga la responsabilidad de formarlos”, ha contado en Onda Cero.
Quince personas conforman este coro sumando a veintisiete actores en el escenario que hace que lo complicado sea coordinar intérpretes y coro, y de cuya fusión dependerá el éxito o no de Viriato.
Los días previos al estreno son cruciales, “el lunes día 21 por la noche es el único día que tenemos para ensayar en el teatro puesto que el martes es el ensayo general que ya se hace con el pase del público”.
El actor Fernando Ramos, que ya ha actuado más veces en Mérida habla de esta edición como una edición con obras de muchísimo nivel. Para él “estar en el escenario de ese teatro significa tener todavía licencia para saber que la gente te sigue teniendo en cuenta y que tu proyecto está funcionando. El trabajo es enorme y muy intenso pero se ve porque la gente está confiando ciegamente.”
“Lo que ha cambiado de forma positiva del festival es que los montajes antes nacían y morían en el romano, pero ahora la obra continúa girando y se le da la oportunidad de llegar a más gente”, dice..

Roma nombra a Viriato ‘amicus populi romani’, como premio a la misericordia que el caudillo lusitano mostró al perdonarle la vida al general Serviliano y a sus hombres. Comienza para Viriato y su pueblo un período de paz. Pero Cepión, el nuevo cónsul, no está dispuesto a consentir que un bárbaro se enorgullezca de haber obligado a Roma a firmar un tratado. Con la connivencia del Senado, rompe este tratado de paz. Viriato se ha convertido en un símbolo para las tribus enemigas de Roma. Y Cepión pretende demostrar que no hay símbolo lo suficientemente fuerte que Roma no pueda doblegar. Aunque sea por medio de la traición…

Viriato es, sin embargo, algo más que la narración de las peripecias del caudillo lusitano. Es una reflexión sobre las guerras. De cómo la lucha por el poder, la avaricia, la ceguera para la misericordia son el motivo por el cual en la historia del hombre la guerra sea la norma y la paz la excepción. Cientos de miles de refugiados, dan fe de ello…